Cornezuelo del centeno, Ergot.
Se trata de un hongo parásito que ataca a los frutos de diversos cereales, cebada, centeno, trigo, etc e incluso a los frutos de otras hierbas silvestres del grupo Gramíneas.
El consumo de Claviceps purpurea da lugar a la intoxicación conocida como “ergotismo” debido a los diversos alcaloides que contiene que también se denominan con el prefijo “ergo”, puede producir vómitos, dolores cólicos, espasmos, delirios, gangrenas y perdida de extremidades e incluso la muerte y puede afectar tanto a las personas como a los animales que lo consumen en el pienso
Contiene numerosos compuestos, sobre todo lípidos, esteroles, glucósidos y aminas y en especial contiene el polipéptido, ácido D-Lisérgico que por amidación da lugar a una importante variedad de alcaloides que se denominan con el prefijo “ergo” como, ergolina, ergotamina, ergocristina, ergocriptina y ergometrina, así como a la dietilamida del ácido lisérgico que es un poderoso alucinógeno (LSD).
Sus mayores aplicaciones médicas derivan de la acción de estos alcaloides sobre los receptores de los tres principales neurotransmisores, serotonina, dopamina y adrenalina.
Es fundamentalmente la “ergotamina” la principal sustancia activa bien estudiada del cornezuelo con propiedades vasoconstrictoras, provocan la contracción de las fibras musculares lisas o involuntarias, por lo que tiene gran interés para el tratamiento de la hipertensión, migrañas y hemorragias internas, especialmente uterinas.
También la ergotamina afecta al sistema nervioso central al estilo de algunas drogas alucinógenas como el LSD y da lugar a alucinaciones, convulsiones, depresiones, etc.
De la ergotamina se obtienen derivados sintéticos de gran interés en el tratamiento del Parkinson, para reducir la producción de leche post parto y por supuesto, antihemorrágicos.
Desarrolla sobre los ovarios de estas plantas y en lugar de
los frutos de cebada, centeno, trigo, etc, se forman unas fructificaciones de
invierno, esclerocios, que recuerdan pequeños cuernecillos negros o negro
azulados ligeramente curvados y con un surco central, de ahí su nombre popular
de “cornezuelo” o en francés “ergot” que significa espolón, de hasta 5 cm de
largo y no más de a 4 a 5 mm de diámetro, De estos estroma o formas de
invierno, al llegar la primavera o verano surgen las formaciones sexuales o
propiamente las “setas” de este hongo, estromas parecidos a los de los
Cordyceps,
un pedúnculo cilíndrico de hasta 6 cm de longitud por menos de 2 mm de diámetro,
peloso en la base y terminado en una cabeza a manera de cabeza de clavo,
amarillenta o anaranjada, de hasta 3 mm de diámetro, con diminutos
puntitos
más oscuros que corresponden a
las aberturas u ostiolos de las cavidades o peritecios que se desarrollan en su
interior, dentro de los cuales se forman las ascas con sus esporas muy alargadas
como hilos que saldrán por los ostiolos.
Ciclo Claviceps
HISTORIA
Crece de forma
parásita sobre una gran variedad de Gramíneas, silvestres y cultivadas como el
centeno, cebada o trigo.
Existen numerosas referencias históricas a acontecimientos que se cree relacionados con el consumo de pan u otros comestibles elaborados con cereales infectados con el cornezuelo del centeno, entre ellos, actos de brujería por las que fueron ajusticiadas muchas mujeres en Salem, los guerreros vikingos se cree que consumían pan y cerveza elaborada con cebada infectada antes de las batallas para reducir el dolor y estimularse.
Es responsable de la enfermedad conocida como “ergotismo” o “fuego de San Antonio” ya que en la Edad Media fueron muy frecuentes las intoxicaciones por este hongo y los frailes de San Antonio atendían en hospitales a estos enfermos desconociendo el origen de la enfermedad atribuida más a maldiciones divinas que a su verdadero origen, el pan de centeno o “pan negro” parasitado por este hongo.
Desde el siglo IX, en Europa (fundamentalmente Francia y Alemania) se padecieron frecuentes intoxicaciones por este hongo que producía convulsiones y delirios (ergotismo convulsivo o agudo), más frecuentes en la región de Alemania o pérdida de las extremidades (ergotismo gangrenoso o crónico), con una mortalidad de hasta el 20% de los afectados, más frecuentes en regiones de Francia.
Dada la gran cantidad de gente afectada que se contaba por miles, se consideraron “epidemias”. También se conoció como “fuego de San Marcial” (pues tras morir más de 40.000 personas durante la gran epidemia de Aquitania, los obispos decidieron sacar en procesión el cuerpo de San Marcial durante tres días; como el mal cesó, la enfermedad es también conocida como fuego de San Marcial - Ignis Sancti Martialis). A lo largo de la historia también ha recibido infinidad de nombres como “ignis sacer”, “ignis ocultus”, “morbus necroticus”, “morbus convulsivus”, etc, según el tipo de ergotismo fuese del tipo gangrenoso o convulsivo.
Fue precisamente en los siglos X y XI cuando esta enfermedad tuvo mayor virulencia y se cobró mayor número de vidas en Europa, ante la creencia de que se trataba de una maldición divina una de las principales vías de curación era la “peregrinación a Santiago de Compostela”. Puesto que en España se consumía más pan de trigo que de centeno las intoxicaciones se iban reduciendo y muchos encontraron en esta peregrinación una “curación milagrosa”.
En todos los casos los enfermos sanaban cuando dejaban de comer pan de centeno negro contaminado y lo cambiaban por pan blanco de trigo no contaminado que generalmente era el que consumían los ricos en sus países de origen aunque en España estaba más generalizado.
En realidad, el consumo de
Claviceps purpurea da lugar a la intoxicación conocida como “
ergotismo” debido a los diversos alcaloides que contiene que también se denominan con el prefijo “ergo” como veremos más adelante, puede producir vómitos, dolores cólicos, espasmos, delirios e incluso la muerte y puede afectar tanto a las personas como a los animales que lo consumen en el pienso.
Intoxicación en animales.
Los efectos del consumo de Claviceps pupurea, ergotismo, puede dar lugar a alucinaciones, convulsiones y contracción arterial, (ergotismo convulsivo o agudo) que puede conducir a la necrosis de los tejidos y la aparición de gangrena locales en las extremidades, causando la pérdida de dedos de las manos y pies, punta de las orejas incluso de la nariz, más concretamente de las zonas propensas a ser afectadas por los sabañones (ergotismo gangrenoso o crónico).
COMPOSICIÓN Y
PROPIEDADES MEDICINALES
Contiene numerosos compuestos, sobre todo lípidos, esteroles, glucósidos y aminas y en especial contiene el polipéptido, ácido D-Lisérgico que por amidación da lugar a una importante variedad de alcaloides que se denominan con el prefijo “ergo” como, ergolina, ergotamina, ergocristina, ergocriptina y ergometrina, así como a la dietilamida del ácido lisérgico que es un poderoso alucinógeno (LSD).
La ergotamina es un vasoconstrictor arterial interesante y se utiliza para el tratamiento de la hipotensión arterial y las migrañas, también se ha utilizado para el tratamiento de ciertos pacientes con hipertiroidismo y como tratamiento preventivo para el mareo en viajes en barco, tren o avión, sin embargo, su uso es muy peligroso y una intoxicación con esta sustancia puede desencadenar en una gangrena de las extremidades.
También la ergotamina afecta al sistema nervioso central al estilo de algunas drogas alucinógenas como el LSD y da lugar a alucinaciones, convulsiones, depresiones, etc.
La ergotamina presenta también propiedades oxitócicas que provocan abortos y partos prematuros. Este efecto abortivo del cornezuelo del centeno era conocido ya en la Edad Media siendo utilizado por curanderos y comadronas. A partir del siglo XVIII es utilizado de forma muy controlada en la práctica obstétrica para facilitar el parto, la preparación del cornezuelo del centeno estimula directamente la musculatura del útero mostrando especial incidencia en la contractilidad del útero.
Cuando se utiliza después del parto, por su poder vasoconstrictor, disminuye la hemorragia, promueve su recuperación y disminuye el riesgo de infección durante el post parto.
De la ergotamina en la actualidad se obtienen varios derivados sintéticos o semisintéticos como la bromocriptina o la metilergometrina que se utilizan en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson, para reducir la producción de leche de las glándulas mamarias, contrarrestar el efecto de la prolactina en las mujeres que no desean o no pueden alimentar a sus bebés y como antihemorrágico, para reducir las hemorragias después del parto o de los raspados uterinos.
Hubo un tiempo en que se infectaban campos de cereales para para extraer los alcaloides que contiene para uso médico, aunque en la actualidad algunos de los alcaloides naturales del hongo se siguen utilizando como la ergometrina y la ergotamina dada su peligrosidad y la dificultad de controlar su dosis su uso ha quedado muy reducido y sustituido por sus derivados sintéticos.
En casos de intoxicación por cornezuelo de centeno el tratamiento a seguir es el típico de toda intoxicación, es decir, provocar vómitos para eliminar el tóxico, administración de carbón activo para absorberlo y administración de heparina asociada a un vasodilatador (prazosina o nitroprusiato). Si hay convulsiones se recomienda diazepam.