Agaricus campestris (L)Fr
Champiñón de
prado, Sulso, Bola de nieve, Urdincha, Barrengorri. etc
El champiñón
silvestre es ante todo un excelente comestible aconsejable para reducir la obesidad
ya que llena y engorda poco por las bajas calorías que contiene y gran cantidad
de fibra que también es buena para las dolencias intestinales, incluyendo el
cáncer de colon. Su alto contenido en selenio le proporciona unas excelentes
acciones limpiadoras, antioxidantes, e inhibidoras del desarrollo de
ciertos cánceres, anticancerígeno, especialmente de mama y prostáticos y
acciones antihiperglucemiantes al mejorar la producción de insulina. Igualmente
los betaglucanos presentes en sus paredes celulares, comunes también en
cereales y otros alimentos, han demostrado estimular el sistema inmunitario,
mejorar las defensas en general y ayudar a destruir células cancerosas, se
venden en diversos contenidos de parafarmacia.
Los champiñones silvestres son setas de tamaño medio o grande con sombreros al principio hemisféricos, como bolas, que después se extienden y se hacen convexos o plano convexos de 3 a 10 cm de medidas ordinarias, pero no es raro encontrar ejemplares excepcionales que superan los 20 cm de diámetro. Su superficie es blanca o un poco ensuciada de pardusco, al principio lisa, pero luego se desgarra en escamas a partir del borde. Bajo el sombrero presenta láminas finas y apretadas, libres del pie, de color blanco o crema al principio, luego rosadas y al final marrón purpúreas, casi negras por las esporas. Se sostienen por un pie corto y grueso, más corto que el diámetro del sombrero, de 3 a 5 cm x 1 a 2 cm, fácilmente separable del sombrero, de superficie blanca y un poco amarilleante en la base y provisto de un anillo membranoso blanco que se pierde fácilmente. Toda la seta tiene una carne compacta y medianamente gruesa, blanca y enrojeciendo ligeramente al aire cuando se corta, sin olor ni sabor especiales.
Esta especie
fructifica en los claros herbosos de todo tipo de bosques, tanto hayedos y
robledales, como pinares o carrascales. Su mayor producción se da en octubre,
los primeros champiñones aparecen a finales de agosto y hasta diciembre.
El compostaje en
laboratorio y en planta piloto de mezclas de desechos de periódicos y desechos
vegetales ha demostrado que la basura se puede convertir en un medio que
produce champiñones, Agaricus campestris, con buenos rendimientos,
aunque no existe una comercialización de esta especie. (ver trabajo)
Es una de las setas
silvestres más consumidas de todas las maneras, como sus parientes los
champiñones cultivados, a la plancha, salteadas con ajo, guisadas, en arroces,
acompañando a cualquier tipo de planta y hasta crudas en ensalada partidas en
rodajas muy finas. Como en general la mayoría de las setas es preferible
consumirlas lo más jóvenes posibles y por tanto con las láminas que presentan
bajo el sombrero rosadas y no muy oscuras ya que las esporas que producen
pueden dar lugar a algunos problemas digestivos o de intolerancias.
Con fines medicinales
en ensayos de laboratorio con ratones se han utilizado extractos acuosos aunque
la forma normal de consumo es como una seta comestible cualquiera.
También hay que tener
especial cuidado del lugar donde se recogen ya que tienen una alta capacidad de
absorción de metales pesados, comprobadas en el caso de Ni, Cr y Cd, se ha
demostrado que los Agaricus enrojecientes acumulan menos Cd y otros metales
pesados que los amarilleantes.(ver trabajo)
COMPOSICIÓN Y PROPIEDADES
MEDICINALES
En general todos los
champiñones y gran parte de las setas carnosas tienen un gran contenido de agua
(90% de su peso), son relativamente pobres en carbohidratos, proteínas y grasas
y por el contrario relativamente ricos en vitaminas, varios tipos de vitaminas
B1, B2 (riboflavina), B3 (niacina), ácido fólico, C, E y PP y minerales.
Las grandes
cantidades de potasio que contiene que mejoran la retención de líquidos.
También son ricos en fósforo, elemento importante para los dientes y huesos y
para el buen funcionamiento de la mente, así como hierro y cobre.
El champiñón de campo
por su escaso contenido en hidratos de carbono, grasas y proteínas y la
abundancia de agua es un alimento aconsejable para reducir la obesidad
ya que llena y engorda poco. Asimismo, la fibra alimentaria de los champiñones
resulta beneficiosa para la prevención de las dolencias intestinales, incluido
el cáncer de colon.
Su alto contenido en
selenio y en otros productos que inhiben la aromatasa, hace que las mujeres
postmenopáusicas produzcan menos estrógenos u hormonas femeninas, (la aromatasa
es una enzima que favorece la producción de estrógenos a partir de testosterona
y de otras hormonas andrógenas presentes en todas las mujeres), dado que se ha
comprobado que los estrógenos en mujeres postmenopáusicas favorece el
desarrollo de cánceres de mama, la inhibición de la aromatasa por parte de los
champiñones tiene una clara acción anticancerígena, reduce
significativamente la expansión de los cánceres mamarios e igualmente
prostáticos en los varones.
El selenio junto con
la vitamina E, tiene grandes propiedades antioxidantes y limpiadoras y
hacen una limpieza corporal de radicales libres y metales como cadmio y plomo,
potenciales inductores de la formación de células cancerosas lo que ratifica
otra vía de su importante acción anticancerígena, tiene también
propiedades antioxidantes, un consumo habitual de estos hongos mejora
las defensas del organismo para combatir las fiebres tifoideas, y previene al
organismo humano de varios trastornos como el beriberi, debilidad, pérdida de
apetito, indigestión e insuficiente secreción de leche en madres lactantes,
ruptura de capilares, hemorragia abdominal y otras.
Aunque no existe una
investigación suficiente, extractos acuosos de A. campestris han
demostrado tener propiedades antihiperglucémicas, mejoran la producción
de insulina del organismo, en ensayos in vitro, tienen efectos
similares a los de la insulina en el metabolismo de la glucosa. La
administración de extractos acuosos de hongos en la dieta (62,5 g/kg) y agua de
bebida (2,5 g/l) contrarrestó la hiperglucemia de los ratones diabéticos por
estreptozotocina. Ver
trabajo.
Por otra parte, y aunque no tenemos datos concretos de esta especie de champiñón silvestre, en general las especies de Agaricus y muy particularmente el Agaricus blazei, especie cultivada de origen chileno, contienen importantes cantidades de betaglucanos (uno de los compuestos que forman su fibra, junto con la quitina) que han demostrado estimular el sistema inmunitario y ayudar a destruir células cancerosas y se venden en diversos contenidos de parafarmacia.
De hecho, los
Agaricus y en especial Agaricus blazei, guardan grandes similitudes con
las setas chinas consideradas curativas, como el shiitake, empleado desde la
antigüedad por su capacidad de regeneración celular. Actualmente se ha hallado
que este tipo de hongos aumentan la producción de interferón, que se utiliza
para la remisión de enfermedades como el sida por sus valiosas propiedades antivíricas.
En algunas
publicaciones se recoge información sobre su acción antibiótica demostrando efectividad contra las bacterias Gram positivo y Gram negativo, datos que no hemos
podido corroborar en publicaciones científicas.
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